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Posted on 23:19:00 by Anónimo and filed under ,
En Maratón los persas miran a los montes. En Maratón los griegos miran hacia el mar.

Así comienza uno de los poemas de Antonio Colinas, un escritor actual con una producción extensa en varios géneros. No obstante, Colinas está caracterizado por su poesía, una poesía que a veces nos lleva a lugares reales y otras veces a mundos mágicos y abstractos, ora sensaciones emotivas, ora casi asépticas. Pero lo que más me interesa es la preocupación que este poeta (al que he tenido la suerte de conocer no hace mucho) tiene por el mundo antiguo. Al igual que en muchos antes, historias míticas y verídicas, bellos monstruos, personajes maravillosos, fantásticos lugares exóticos… del mundo antiguo han captado la atención de Colinas a través de siglos y siglos de tradición poética. Colinas se ha servido de ellos de la mejor manera: volviendo a plasmarlos en la eterna literatura a través de sí mismo. En su producción poética hay poemas en los que se sirve de alusiones a lugares y personajes de la tradición grecorromana, pero también hay poemas enteros dedicados a esto que acabo de mencionar. Algunos de los títulos de sus poemas bien lo reflejan: Crónicas de Maratón y Salamina, Cosmogonía, Atenea… Pero el poema en el que más hincapié quiero hacer es uno perteneciente a su poemario Noche más allá de la noche. Ecce carmen:

Mientras Virgilio muere en Bríndisi no sabe
que en el norte de Hispania alguien manda grabar
en piedra un verso suyo esperando la muerte.
Este es un legionario que, en un alba nevada,
ve alzarse un sol de hierro de entre los encinares.
Sopla un cierzo que apesta a carne corrompida,
a cuerno requemado, a humeantes escorias
con oro en las que escarban con sus lanzas los bárbaros.
Un silencio más blanco que la nieve, el aliento
helado de las bocas de los caballos muertos,
caen sobre su esqueleto como petrificado.
“Oh dioses, ¿qué locura me trajo hasta estos montes
a morir y qué inútil mi escudo y esta espada
contra un amanecer de hogueras y de lobos?
En la villa de Cumas un aroma de azahar
madurará en la boca de una noche azulada
y mis seres queridos pisarán ya la yerba
segada o nadarán en playas con estrellas”.
Sueña el sur el soldado y, en el sur, el poeta
sueña un sur más lejano, mas ambos sólo sueñan
en brazos de la muerte la vida que soñaron.
“No quiero que me entierren bajo un cielo de lodo,
que estas sierras tan hoscas calcinen mi memoria.
Oh dioses, cómo odio la guerra mientras siento
gotear en la nieve mi sangre enamorada”.
Al fin, cae la cabeza hacia un lado y sus ojos
se clavan en los ojos de otro herido que escucha:
“Grabad sobre mi tumba un verso de Virgilio”


Sin duda este poema presenta una fuerte unión en el espacio y en el tiempo. En el espacio porque une a un triste legionario, en el momento que ve su muerte cerca en Hispania, con Virgilio que a su vez está respirando sus últimos alientos en Bríndisi. En el tiempo porque nos une a nosotros con ellos, nos traslada hasta la escena con la detallada descripción del momento, el presagio de la muerte. No sé si la aparición de Virgilio en boca de un legionario es intencionada o no, aunque evoca a ese carácter del poeta como poeta del estado, en un sentido patriótico romano. No obstante parece más sencillo pensar que su aparición se debe a su importancia como únicamente poeta. A pesar de todos estos matices y como reflexión personal, me parece que el mensaje más profundo del poema es el de la unión de la vida con la literatura, que es lo eterno, lo que dura a través de los siglos y que permanece en el recuerdo de todo el mundo, y que aquí el legionario pide como último deseo cuando dice No quiero[…] que estas tierras tan hoscas calcinen mi memoria.

Os recomiendo que os leáis la poesía de Colinas, analicéis a fondo y observéis que en muchas ocasiones el mundo antiguo está más cerca de nuestra época de lo que a menudo creemos. Espero que os haya gustado mi primera entrada (quizás algo extensa para ser la primera). No dudaré en seguir escribiendo, aún hay mucho que contar (si os aburro ajo y agua jeje). Festina lente!
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Responses to ... Antonio Colinas: El Mundo Antiguo en la poesía actual.
Guiri de palo dijo... 17 de marzo de 2009, 16:05

Mola un montón, ya te lo he dicho antes ;). Bienvenido a Frikilólogos y espero que sea por mucho tiempo!!! :D
Un besoteeee!!!

Pablo Aparicio Resco dijo... 20 de marzo de 2009, 18:14

Me ha encantado la poesía, la verdad es que no he leido mucho de Colinas, quizás algún otro poema suelto, pero este es magnífico.

Lo que más me ha gustado, quizás por su musicalidad, son estos versos:

"Sueña el sur el soldado y, en el sur, el poeta
sueña un sur más lejano, mas ambos sólo sueñan
en brazos de la muerte la vida que soñaron."

Los juegos silvantes con sur y sueño son magníficos.

En fin, cuando querais os preparo alguna entrada, ahora me estoy leyendo un libro llamado "Augusto y el Poder de las Imágenes" así que algo caerá de ahí.

Venga Edommor, ya hablaremos, en el sentido concreto y extenso de la palabra, jeje.

Jesús Aparicio González dijo... 20 de marzo de 2009, 18:33

Me alegra haber releído y recordado este poema de "Noche más allá de la noche" uno de los mejores libros de poemas de Antonio Colinas (por otra parte uno de mis poetas actuales preferidos. Y deseo una larga andadura a través del tiempo y el espacio a vuestro blog.

Mis saludos con un poemilla:

"En lo alto del muro un pájaro dormido.
Lo defiende del ruido la sombra de una nube
que vuelve del invierno para cerrar la tarde."

De mi último libro "Las cuartillas de un náufrago"