Acabo de leer Adéu a la Universitat. L'eclipsi de les humanitats, de Jordi Llovet, catedrático emérito de Literatura comparada de la Universidad de Barcelona. La primera parte del título tiene una doble lectura: el final de su actividad académica como profesor en activo, y la deriva de la universidad hacia categorías muy alejadas del Humanismo.
El libro de Jordi Llovet me parece una muy lúcida y, a la vez, descarnada visión del lamentable estado en que se halla la educación universitaria (y no universitaria) actual.
A la vez, es un alegato rotundo y valiente de la imprescindible presencia de las Humanidades en el mundo universitario.
He aquí algunos párrafos que considero interesantes (los he traducido al castellano), como éste sobre determinados convencionalismos en la literatura actual:
Cosa parecida es lo que pasará en la enseñanza de la literatura por culpa de lo que se denomina "políticamente correcto". Proliferarán los cursos sobre negros, indios, mujeres y gays en la literatura; estarán llenos a rebosar los seminarios sobre las masacres protagonizadas por los colonialistas; en los cursos vinculados con el cambio climático no cabrá ni un alfiler. Es enormemente problemático establecer qué lugar ocuparán, en un futuro no muy lejano, los cursos dedicados a la Divina Comedia, a la Crítica de la razón pura de Kant, al Fausto de Goethe o a las guerras de religión en Europa (p. 88).
Citando a Zygmunt Bauman (Mundo-consumo. Ética del individuo en la aldea global. 2010) añade:
(... ) "de aquí que la "tiranía del momento" propia de la modernidad tardía, con su correspondiente exhortación al carpe diem (uno de los lugares comunes de la sabiduría latina peor entendidos y peor aplicados a nuestros días) esté sustituyendo de forma gradual, pero constante (y, quizá, imparable), a la tiranía premoderna de la eternidad, caaracterizada por el lema del memento mori".
Acerca de los estudios de Humanidades, hay fragmentos muy clarificadores:
...la segregación de las facultades de Letras, que llevó (...) a la desaparición de toda visión de conjunto en el estudio de las Humanidades y, por consiguiente, a la indigencia intelectual de todas y cada una de las facultades y licenciaturas segregadas: unas más que otras (p. 104).
Temo que la situación actual conducirá a un verdadero desbarajuste, un cataclismo, una tierra estéril. Se salvarán unos cuantos estudiantes con una enorme vocación -como los de Filología Clásica, ya lo he dicho, que ni se paran a pensar en cómo se ganarán la vida el día de mañana(...)-; pero la mayor parte saldrá de las aulas con unos conocimientos pequeños: serán hombres y mujeres aptos sólo para ir tirando en el mercado laboral, y poca cosa más (p. 130).
O sobre el mercantilismo y el olvido de la inteligencia, hablando del Plan Bolonia (que el autor critica duramente):
Todo está pensado desde la órbita de la política de inserción y de rentabilidad económica propia de las sociedades neoliberales, en detrimento de lo que más molesta a esas sociedades: el uso indiscriminado y libre de la inteligencia, la crítica y la disensión intelectual (p. 182).
La publicación de su obra ha provocado un alud de comentarios, entrevistas al autor, y opiniones casi siempre muy positivas (supongo que muchos de sus colegas docentes universitarios no estarán de acuerdo...). Por su originalidad, valentía e independencia de juicio, nada mejor que acometer su lectura (espero que pronto se traduzca al castellano): pocas veces me he atrevido a recomendar tan vivamente un libro como éste.
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Publicado por Blogger para DOCEO ET DISCO -- ΔΙΔΑΣΚΩ ΚΑΙ ΜΑΝΘΑΝΩ el 6/19/2011 01:17:00 PM
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