Anoche empecé la lectura de Los niños del agua de Charles Kingsley, publicada dos años antes que Alicia en el país de las maravillas y ahora editada por Debolsillo en nuestro país. Ambos libros corrieron una suerte bastante paralela, aunque por aquí Kingsley es poco conocido.
Por esas curiosas relaciones de ideas que solemos tener cuando leemos esta mañana, en vez de seguir con la lectura de esa deliciosa novela, me dio por coger mi ejemplar de Carroll, buscar Alicia a través del espejo y releer uno de mis poemas favoritos, Jabberwocky (Galimatazo).
'Twas brillig, and the slithy toves
Did gyre and gimble in the wabe;
All mimsy were the borogoves,
And the mome raths outgrabe.
'Beware the Jabberwock, my son!
The jaws that bite, the claws that catch!
Beware the Jubjub bird, and shun
The frumious Bandersnatch!'
He took his vorpal sword in hand:
Long time the manxome foe he sought--
So rested he by the Tumtum tree,
And stood awhile in thought.
And as in uffish thought he stood,
The Jabberwock, with eyes of flame,
Came whiffling through the tulgey wood,
And burbled as it came!
One, two! One, two! And through and through
The vorpal blade went snicker-snack!
He left it dead, and with its head
He went galumphing back.
'And hast thou slain the Jabberwock?
Come to my arms, my beamish boy!
O frabjous day! Callooh! Callay!'
He chortled in his joy.
'Twas brillig, and the slithy toves
Did gyre and gimble in the wabe;
All mimsy were the borogoves,
And the mome raths outgrabe.
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Brillaba, brumeando negro, el sol;
agiliscosos giroscaban los limazones
banerrando por las váparas lejanas;
mimosos se fruncían los borogobios
mientras el momio rantas murgiflaba.
¡Cuidate del Galimatazo, hijo mío!
¡Guárdate de los dientes que trituran
Y de las zarpas que desgarran!
¡Cuidate del pájaro Jubo-Jubo y
que no te agarre el frumioso Zamarrajo!
Valiente empuñó la espada Vorpalina;
a la hueste manzona acometió sin descanso;
luego, reposóse bajo el árbol del Tántamo
y quedóse sesudo contemplando...
Y así, mientras cavilaba firsuto.
¡¡Hete al Galimatazo, fuego en los ojos,
que surge hedoroso del bosque turgal
y se acerca raudo y borguejeando!!
¡Zis, zas y zas! Una y otra vez
zarandeó tijereteando la espada Vorpalina!
Bien muerto dejó al monstruo, y con su testa
¡volvióse triunfante galompando!
¡¿Y hazlo muerto?! ¡¿Al Galimatazo?!
¡Ven a mis brazos, mancebo sonrisor!
¡Qué fragarante día! ¡Jujurujúu! ¡Jay, jay!
Carcajeó, anegado de alegría.
Pero brumeaba ya negro el sol
agiliscosos giroscaban los limazones
banerrando por las váparas lejanas,
mimosos se fruncian los borogobios
mientras el momio rantas necrofaba...
Y, de pronto, pensé: ¿Y si está por la red en original, bien narrado?
No debería haberme planteado nunca esto... Y es que quizás es ya la vigésimo tercera vez que lo escucho obsesivamente pero, entendedme: que me lo lea Benedict Cumberbatch tiene estos pequeños inconvenientes. ;)
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Publicado por La Belle Dame Sans Merci para La isla de Calipso el 5/20/2011 01:27:00 AM
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